Semanas cruciales para la Convención Constitucional
SILVIA BAEZA Abogada
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SILVIA BAEZA
Los próximos cincuenta días en la Convención Constitucional serán cruciales para el destino de Chile. La última encuesta Cadem arroja datos que los convencionales contienen tener en consideración. En primer lugar, la opción por el Apruebo en el plebiscito de salida cae a 47%, con una caída significativa en mujeres y en el grupo etario de 35 a 50 años. (-11 puntos en ambos grupos). En la misma línea, la confianza en Convención disminuyendo de 59% a 50% en una semana (en el grupo de 35-50 años cae de 58% a 43%).
La Convención, entonces, inicia la discusión del pleno en un clima de menor confianza y con una alerta frente a un eventual rechazo del texto constitucional. Los electores en Chile han mostrado, históricamente, rechazo a posiciones extremas y adhesión a caminos que garantizan progreso personal, además del bien común y una sociedad mejor.
La elección de convencionales, con reglas que evidentemente se acordaron de manera apresurada (como era predecible en medio de una crisis política de proporciones, como la que sobrevino post 18 de octubre), pareció expresar el sueño de dar espacio a la gente común, independientes , a representantes de causas invisibilizadas. Era, para muchos, el cierre de los 30 años y el paso de los políticos de siempre, una generación de líderes puramente ciudadanos.
La porfiada realidad nos mostró, desde la misma instalación, que la Convención está habitada por representantes de innumerables identidades, sin la voluntad de alcanzar acuerdos ni la capacidad de comprender que la tarea de escribir una nueva Constitución es de la mayor envergadura y exige respeto irrestricto a las reglas. Tampoco entienden que la mayoría de los chilenos aspira a mejorar sus condiciones de vida y no a la refundación de nuestra democracia, ni al debilitamiento del Estado de derecho.
Hasta los optimistas sin remedio empiezan a mostrar creciente preocupación. Y crece la presión para que el gobierno que encabezará Gabriel Boric, por su proximidad política con la mayoría de izquierda que domina la Convención, articule consensos que permitan una Constitución que alcance los dos tercios y sea de apertura a un nuevo ciclo de progreso y no a uno de limitación económica y, por tanto, social.
En el intertanto, familias y empresas medianas y pequeñas -no solo los "super ricos"- reorganizan sus patrimonios en búsqueda de seguridad.
Redactar una Constitución, más allá de los lugares comunes, requiere experiencia y técnica.
Escuchadas las propuestas, lo razonable es ponderar las normas, despejar aquello que no requiere estar en la carta fundamental y que será materia de ley, asegurar mecanismos de modificación y de gradualidad para la adaptación del sistema legal completo, que es el que permite que la vida cotidiana de las personas se desenvuelva con un mínimo de certeza.
La mayoría de los chilenos probablemente no leerá la Constitución antes de votar en el plebiscito. Depende de estos cincuenta días. Hay mucho en juego. Esperemos que así se vea en el pleno de la Convención.